Jaime Carbó
Operating Partner y Miembro del consejo Asesor
Jaime Carbó se incorporó al Comité Asesor en 2015 si bien con anterioridad colaboraba con Nazca en proyectos específicos. Jaime tiene una amplia experiencia en el mundo empresarial combinada con años en el sector financiero y de inversión. En la actualidad colabora en el seguimiento de Caiba y Juan Luna.
¿Cuál es tu experiencia?
Tras graduarme en Derecho y en Empresariales, empecé a trabajar en Arthur Andersen lo que compatibilicé con un Executive MBA en el I.E. De allí pasé al mundo de los Mercados y Corporate Finance en AB Asesores Bursátiles y desde 1992, decidí orientar mi carrera hacia el mundo de la Empresa y de las situaciones especiales (Tf Artes gráficas, Uralita). En el año 2000 me incorporé al Consejo y gestión Azucarera Ebro Agrícolas (posteriormente Ebro Puleva y Ebro Foods) donde fui primero CFO y luego Director General. Tras 11 años pasé a ser CEO de SOS (posteriormente Deoleo) dirigiendo la restructuración de la compañía y posteriormente, la venta de la misma. En septiembre de 2015 me incorporé como CEO a otra compañía cotizada, Adveo.
He sido consejero de empresas privadas, cotizadas y propiedad de private equity.
¿Qué ves diferencial en Nazca?
El enfoque humano de la inversión. He tenido bastante experiencia con grandes firmas internacionales de private equity y en ellos, la relación es permanentemente dialéctica, conflictiva; en Nazca la creación de valor se entiende como un proceso compartido.
¿Qué es lo que más te motiva de trabajar con un equipo gestor?
El hecho de haber estado tantos años “del otro lado”, me permite entender muy bien la motivación y los problemas de los equipos. Los tiempos requeridos, las explicaciones necesarias, la gestión de las “sorpresas” que en todo negocio ocurren. Es muy satisfactorio hacer de interlocutor entre los dos.
¿Qué retos tienen que tener en cuenta los emprendedores cuando consideran incorporar un fondo de capital privado?
Gestionar un negocio propiedad de un private equity es diferente de hacerlo cuando es propiedad de una familia o incluso cuando la empresa es cotizada. Los requerimientos de información, la profundidad del seguimiento, la presión sobre los plazos, en definitiva, lo que en inglés se llama delivery. Es mucho más exigente.
La relación gestión/propiedad es sustancialmente diferente y hay que estar preparado.
¿Cuál es tu recuerdo más memorable en Nazca?
Aunque pueda parecer frívolo, las cenas anuales. En ellas, hay empresas que van bien, otras que no tanto, hay presupuestos que se está batiendo y otros que se están incumpliendo, pero esa noche, ese enfoque humano que mencionaba como diferencial de Nazca, llega a su máxima expresión.
¿A qué dedicas tu tiempo fuera del trabajo?
Me gusta la agricultura, el ski, las carreras de coches y la lectura. Combino mi tiempo para que no afecte a mi familia, lo que a veces no es fácil.